La teoría Z de Ouchi surge al estudiar este autor las diferencias entre la gestión de las empresas norteamericanas y las japonesas. El estilo japonés de gestión, analizado por Ouchi, promueve una mayor relación entre la empresa y el trabajador, ya que éste es considerado como parte fundamental de la compañía, y por otra parte, la empresa es una parte muy importante en la vida del trabajador, ya que a ella dedica gran parte de su tiempo, y de ella obtiene su sustento.
Por lo tanto, va más allá de las clásicas declaraciones carentes de contenido, del tipo: “Los trabajadores son nuestro mejor activo”. En la teoría Z, y desde este tipo de enfoque, estas afirmaciones cobran todo su significado, se hacen reales.
La teoría Z va más encaminada hacia el trabajo conjunto y a la consideración de todos los empleados como importantes, buscando una alineación real entre los intereses de los trabajadores y los de la empresa.
Este trabajo en equipo y este sentido de pertenencia permite conseguir una implicación y un compromiso con la empresa que refuerzan la mejora continua (no hay que olvidar que en buena medida este modelo de gestión fue implantado en Japón gracias a las enseñanzas de William Edwards Deming, norteamericano al que paradójicamente hicieron más caso en el país del Sol Naciente que en el suyo propio).
La confianza es una de las piedras angulares de esta teoría, en la cual también se establecen incentivos para la mejora continua, y se hace partícipes a los trabajadores de los procesos, ya que se considera que las personas deben ser informadas, deben conocer la empresa y cómo está, ya que esto les ayudará a considerarse importantes, a sentirse como parte integrante de la empresa, y de esta manera darán lo mejor de sí mismos, por este sentido de pertenencia y por el mayor conocimiento de diversos aspectos.
Esto también quiere decir que muchas o la mayor parte de las mejoras que se van a implantar en la empresa van a proceder de los trabajadores y no tanto de los órganos de dirección, puesto que son los empleados los que mejor conocen su trabajo, y son muchas cabezas pensando en cómo mejorar “su” empresa (una de las bases del éxito de Toyota, desde su fundador Toyoda Sakichi al creador del Just in Time, Taiichi Ohno).
Aunque este modelo de confianza mutua, de trabajo para toda la vida y de implicación entre empresa y empleados está más extendido en Japón, esto no significa que sea exclusivo de su cultura, y que no se pueda aplicar en otros lugares (de hecho, diversas empresas japonesas lo aplicaron con éxito en sus fábricas estadounidenses).
Y es que si analizamos las características de la teoría Z, se trata en definitiva de valorar adecuadamente a los empleados y reconocer su aportación, estimular la comunicación, el respeto mutuo y la relación a largo plazo, promover la mejora continua en todos los niveles de la empresa, y fomentar una cultura participativa y basada en las relaciones humanas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario