jueves, 18 de junio de 2015

Resumen. Parte 3. Gestión de Incompetentes de Gabriel Ginebra

Parte 3. Herramientas para gestionar la incompetencia
Un directivo, un maestro
Todo directivo debe ser un maestro, entendiéndolo como alguien que sabe y que enseña a sus alumnos. Si uno aspira a dirigir personas, has de ser un experto en la materia. Gabriel Ginebra nos da unos cuantos consejos para empezar a ser un buen maestro:
·         Imita a un buen modelo
·         Pide consejo
·         Lee: un buen libro puede cambiar muchas cosas
·         Pide que te cuenten trucos
Como hemos dicho anteriormente, un jefe a de dominar los temas que trata. Podríamos hablar de 5 asignaturas que todo directivo ha de tener:
·         Dominar la técnica de cada negocio: ha de conocer hasta el mínimo detalle de su sector
·         Fomentar el gusto por el trabajo
·         Desarrollar la vocación profesional
·         Poner fundamentos: para alcanzar la solidez profesional hay que poner buenos cimientos
·         Hacer descubrir el sentido de las cosas
Pero la labor de un directivo no solo se basa en formar y gestionar correctamente a sus empleados, un jefe también ha de saber corregir cuando es necesario.
Corregir al que lastime
Hay momentos en los que hay que corregir. Como bien dice el autor, “Corregir es ineludible para ejercer de director”
Pero cuidado, la reprimenda es un instrumento delicado y hay que usarlo con precaución. En nuestra cultura empresarial hay poca tradición de corregir, pero recibir una bronca indica que a uno se le considera que puede hacerlo mejor. “La crítica te ayuda a mejorar, el autobombo a empeorar”
Pero como hemos dicho antes, hay que tener cuidado al echar una bronca. Un fallo de tono o una frase inoportuna puede tener un efecto devastador. Antes de empezar una reprimenda, nos deberíamos hacer las siguientes preguntas:
Ø  ¿Vale la pena corregir? Una bronca no puede ser un hecho habitual. Se ha de elegir el motivo por el que se hace.
Ø  ¿A quién reprender? Hay que reprender a la persona que toca y en el momento que toca.
Ø  ¿Para qué reprender? Hay que tener claro el objetivo que se desea obtener. Corregir y educar han de ser los dos principales objetivos.
Ø  ¿Cuándo reprender? Es muy importante hacerlo en el momento justo. No es lo mismo por la mañana que por la tarde, lunes o viernes, un día cualquiera o la víspera de navidad.
Ø  ¿Dónde reprender? No es lo mismo en la oficina que en la calle, de pie o sentado. Deberíamos reprender en privado y alabar en público pero normalmente es al revés.
Ø  ¿Cómo reprender? Una represión debe estar bien preparada y documentada, basada en un buen diagnóstico. Una bronca nunca debe salir de un pronto. No es suficiente argumentos simples, hay que estructurarlo para decir cuál es el problema y donde está su gravedad.
Pero de la misma manera que un directivo a de corregir, un jefe ha de premiar el buen trabajo.
Es de bien nacido ser directivo agradecido.
Agradecer, elogiar y felicitar son herramientas complementarias del reprender y corregir citadas anteriormente. Pero como sucede con la bronca, hay que dosificar los agradecimientos. Un agradecimiento debe darse a una persona concreta, por un motivo concreto y en un instante preciso. Dicho agradecimiento debería ser auténtico y personal y con él podemos conseguir un aumento de la motivación del empleado.
Hay diferentes tipos de agradecimientos que se pueden realizar:
Ø  Agradecimiento por escrito: carta, email, sms o sencillamente un post-it. Curiosamente, cuanto más formal sea el documento, menos fuerza tendrá. De la misma manera, un mismo email destinado a varias personas tiene poco impacto.
Ø  Agradecimiento telefónico: mucho más eficaz ya que es instantáneo, personal y directo.
Ø  Agradecimiento verbal: un agradecimiento “cara a cara” es la forma más efectiva desde un punto emocional.

Ø  Regalos y eventos: los regalos son también una buena herramienta. Pueden darse en ocasiones como la culminación de una etapa o proyecto.

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